Asustada ve un frágil esqueleto reflejado en el espejo, desnudo, pálido como la piel de un difunto, no le gusta. Es como si fuese de otra persona que no fuera ella, pero no es así, ella se ha convertido en aquello que juró no convertirse. Nunca pidió ayuda, así acabó. No quiso que nadie le dijera nada, se cerraba a todo y a todos. Y después de mucho esfuerzo la gente que la quería se rindió. Dejándola vivir en su triste y alejado mundo. Cuando estaba al límite de lo que llamamos "la otra vida", entonces se dio cuenta de la ayuda que no pidió, de la gente que casi sin darse cuenta rechazó, el daño que causó, en ella, y en su alrededor. Y sobre todo, en los abrazos y el apoyo que a su madre le negó. Arrepentida, dejó su orgullo a un lado, y sabiendo que nada volverá a ser como antes, que no hay vuelta atrás, decidió empezar a querer, empezar confiar, y empezó a pensar, que la gente que le quiere sería incapaz de hacerle daño, solo deseaban su salud.
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lovely hugs