Nos gustan esas tardes en la que el cuerpo te pide calma, y te dice:
"Anda, quédate en casa. Fuera llueve, y hay palomitas"

Entonces te quedas, y piensas en lo bien que has hecho en quedarte. Sobre todo si es invierno, y si aparte de llover, también hace frío.

Aunque realmente nos apasiona ponernos esas bufandas de lana que guardamos con cariño durante nuestro tan querido verano.

Nos gusta entrar a un bar, pedir algo caliente y charlar hasta que la nariz, que se ha quedado complétamente roja por el frío, vuelva a su color natural.


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lovely hugs